30 de octubre de 1.937, sábado.
Pitillas
El día
29, a las ocho, costeada por la Falange Local se ha celebrado una misa cantada,
en sufragio de los ocho pitilleses que dieron su vida por Dios y por España.
En la
presidencia el Ayuntamiento y una representación de nuestra organización. El
templo parroquial lleno de público, faltando en él los de siempre, los que
conservan todavía en su corazón, el veneno marxista y los que aún piensan que
la tortilla se vuelva.
En este
día en que celebramos la Fiesta de los caídos, quiero escribir unas líneas en
recuerdo de mi hermano Servando (q.e.p.d.), falangista de la vieja guardia
desde el año 1.933, Secretario local y alma de nuestra organización,
propagandista incansable de las doctrinas nacional-sindicalistas, cuando tan
difícil era ser falangista, y que dio su vida por Dios, España y el César el 9
de mayo último, en la cota 333.
Caíste
hermano Servando con los mejores, caíste sí, porque en Falange no se muere, se
cae para después velozmente subir muy alto a vivir vida eterna, haciendo
guardia permanente sobre los luceros, desde donde contemplas a tus seres
queridos. Ves que tus esfuerzos no han sido estériles y ante todo tienes la
íntima satisfacción de que España, aquella España que tantas veces soñaras es
azul, tan azul como el cielo que nos cubre y ha de ser pronto Una, Grande y
Libre.
¡Caíste
hermano Servando pero vives eternamente y nuestras oraciones llegan a ti para
que nos alientes con tu ejemplo!
Caíste,
pero tú, junto con los demás caídos de España dais vigor a los combatientes
para luchar y libertar a España de la barbarie roja.
Caídos
de Pitillas: Damián Sola, Jorge Pascual, Manuel Pernaut, Esteban Fontanillo,
Claudio Jaurrieta, José Zuazu, Elías Leciñena, Servando Abete: Presentes.
Por la
Patria, el Pan y la Justicia.
Viva
Cristo Rey.
¡Arriba
España!
Pitillas,
29-X-37
Diario
de Navarra. Nº 11.031
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