10 de octubre de 1.937, domingo.
Balmón.
4 octubre 37. Segundo año triunfal.
Sr.
Director del Diario de Navarra.
Muy
Señor mío: Rogamos a V. se digne publicar en ese diario que tan acertadamente
dirige, para tranquilidad de nuestras familias y novias las siguientes líneas:
Los que
suscriben, soldados de la Compañía de Ingenieros de Pamplona del capitán
Iriarte, se encuentran actualmente en este frente de Asturias, donde se cubre
de gloria el glorioso Ejército nacional y bravas milicias que colaboran con él,
ganando palmo a palmo nuestra amada España, territorios que los rojos creían su
más firme baluarte.
Hay una
canción muy navarra y como tal muy española, que dice:
“De qué
les sirve a los rojos
Tirar
puentes y carreteras
Si
vamos los Ingenieros
Y las
dejamos como nuevas”.
Y
nosotros llevamos a la práctica esta canción contestando al fuego cobarde de
ese canalla marxista que pretende impedir nuestra labor, trabajando
incesantemente y levantando en breves horas lo que la barbarie roja en sus
desbandadas vergonzosas destruyó.
Es
admirable el alto espíritu y franca alegría, así como el compañerismo que reina
entre nosotros, haciendo llevaderas las penalidades de esta guerra de reconquista.
Como
muestra de nuestro buen humor haremos desfilar por estas cuartillas alguno de
nuestros tipos célebres:
Un
ayudante de cocina que por estar profundamente enemistado con el agua, lleva 6
meses sin lavarse; el pescador desconocido, perseguido invariablemente de los
cabos (que dicho sea de paso, son la peor gente de la Compañía) y abonado
perpetuo a las guardias; el “Machaca” fracasado, hombre inteligente y rey del
canto flamenco, que honra al noble pueblo de Mélida.
Nos
despedimos de los amables lectores de este periódico que hayan tenido la
amabilidad de leernos, con un fortísimo ¡Arriba España! Y jurando luchar con
bravura hasta conseguir que “vuelvan banderas victoriosas” después de llevar
con orgullo hasta el último rincón de nuestra Patria los gloriosos colores de
su bandera.
¡Arriba
España! ¡Viva Franco!
Con un
millón de gracias quedan sus seguros servidores y afectísimos Serafín
Bordonaba, de Buñuel; Isidoro Bermejo, de Fitero; José Bravo, de Pitillas;
Florentino Azcona, de Villafranca; Domingo Ezpeleta, de Carcastillo; Jesús
Berruete, de Arróniz; Francisco Carlos, de Arboniés; Crescencio Eslava, de
Unciti; Gerardo Irigoyen, de Arzoz; Cecilio López, de Milagro; Faustino Bueno,
de Isaba; Ángel Esquíroz, de Artajona; Francisco Alzueta, de Aibar; Tomás
Calvo, de Azagra; Reinaldo Bienzobas, de Arguedas; Félix Berrio, de Tajonar;
Gil Arpón, de Mélida; Antonio Aldaba, de Izcue; Esteban Giménez, de Almería.
Diario
de Navarra.
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