02-07-1.914, jueves.
De Pitillas.
El día 28 se celebró en esta villa
con extraordinaria solemnidad la función de despedida dedicada al Sacratísimo
Corazón de Jesús. A pesar del tiempo tan apurado, fueron muchas las personas de
ambos sexos que se acercaron a recibir los Santos Sacramentos, resultando la
comunión general muy brillante.
La misa mayor se celebró a las
nueve, en la que ocupó la Sagrada Cátedra el R. P. Larrañaga, vicerrector del
colegio de los Jesuitas de Tudela, quien cantó primorosamente las glorias del
Corazón de Jesús, demostrando magistralmente, cómo el Corazón de Jesús es el
corazón que más ha amado y ama a los hombres.
Duró su discurso cincuenta minutos
que pasaron a la velocidad del rayo para mucho oyentes que pendían de sus
autorizados labios.
Por la tarde se organizó la solemne
procesión, en la que en medio del estampido de cohetes y volteo de campanas,
aparecía la preciosa imagen del Sagrado Corazón, bendiciendo con dulce sonrisa,
a todos los vecinos de este católico pueblo.
Regresados al templo, habló de nuevo
el P. Larrañaga, exhortando y
demostrando a todos con palabras de fuego, cuán necesario es en los tiempos actuales que
las familias cristianas procedan a la solemne entronización del Sagrado Corazón,
en sus respectivas casas, terminando con la consagración de todo el pueblo, al
Corazón de Jesús.
Al día siguiente, festividad de San
Pedro, titular de esta parroquia, después de cantada tercia, salió la procesión
presidida por el ilustre Ayuntamiento, y en la misa mayor cantó el panegírico
del Santo, el R. P. Sáez, corazonista del colegio de Beire, quien con celo
verdaderamente belicoso, puso de manifiesto la fe incontrastable de Pedro, que
está en oposición con la fe débil del pueblo cristiano.
También la gente joven ha
aprovechado estos días para divertirse, contratando tres músicas de fuera, que
han animado las calles de esta villa, sin tener que lamentar el más pequeño
incidente, y reinando entre todos la santa paz y armonía cristianas.
Que el Corazón de Jesús nos bendiga
a todos, y que bendiga también los campos para que estos buenos labradores,
recojan sin novedad sus frutos.
El corresponsal. 27-5-914
Diario de Navarra. Nº 4.212