A finales de abril de
1.871 se reúne el Ayuntamiento, Oncena y mayores contribuyentes de Murillo el
Cuende con el fin de tratar sobre la necesidad y conveniencia de traer al
pueblo por medio de una fuente, las aguas potables del monte de Santa Cruz para
el consumo de sus habitantes, por ser las que hoy se toman del río Cidacos
insalubres por demás.
El alcalde expone que se
habían hecho los estudios necesarios por el ingeniero industrial gerundés José
Campderá para conducir las aguas que emanan en el monte Santa Cruz y que
reuniendo las condiciones necesarias de higiene, había levantado al efecto los
planos y hecho la memoria facultativa en forma, pero careciendo el municipio de
fondos y no habiendo ninguna clase de arbitrio sería necesario recurrir a
Diputación para que conceda el permiso necesario para emprender las obras y
echar mano del importe de los bonos obtenidos en la desamortización de los
bienes de propios (corralizas y venta) y que a este pueblo corresponden
destinados a obras de utilidad pública.
Formaban parte de esa
reunión Casimiro Aguirre, alcalde, Manuel Giménez, José Iturralde, regidores, y
Claudio Esparza, Juan Esain, Isidoro Garde, Salvador Andía, Sabino Garde,
Gregorio Zubieta y Segundo Ardanaz, de oncena y mayores contribuyentes; y
Fermín Aranguren, secretario
A primero de junio del
mismo año, es el Ayuntamiento el que tramita la solicitud del permiso a
Diputación. El fundamento de la obra es que las aguas del río Cidacos, únicas de
que se sirve Murillete, no tienen las condiciones necesarias de salubridad,
pues a su paso por Tafalla y Olite se mezclan con las corrompidas que salen de
las fábricas de curtidos y de los molinos de aceite que hay en aquellas
ciudades y arrastran materias insalubres de que aun no han podido desprenderse
cuando llegan a esta villa. De aquí el grave riesgo de sus habitantes en
adquirir enfermedades que pueden atribuirse a otras causas y que, sin embargo,
la verdadera y tal vez la única, existe en las aguas de que hacen uso.
Y añaden, no es una simple
sospecha la que se tiene de su insalubridad; el ganado las rehúsa y apetece las
que produce un manantial que se encuentra en un monte elevado próximo a
Murillo.
Reconocido el manantial
sus aguas son puras y cristalinas y se ha visto que colocado el manantial a una
gran altura y con un desnivel sumamente rápido, es muy fácil la conducción por
no haber barranco alguno que haga necesaria obra de importancia.
Levantados los planos y
formado el presupuesto, éste asciende a la cantidad de 27.806’72 reales.
+ Cálculos, ubicación y
presupuesto de las obras proyectadas para la conducción de aguas a una fuente
pública igualmente proyectada en la plaza de la villa de Murillete.
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Importa el presupuesto de
las obras de la fuente pública y accesorios de la misma 13.186’64 r
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Importa el presupuesto de
establecimiento de la cañería, construcción de pozos y galería para recoger y
encauzar las aguas y construcción del depósito general, 14.620’08 r.
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Total 27.806’72 r. = 6.951’68 pesetas.
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José Campderá, Gerona,
20-3-1.871.
Las cañerías serán de
fundición y del sistema Sauyol, con un diámetro interior de unos 6 centímetros
de diámetro, un espesor de 11 milímetros y con las condiciones de rasante que
se establecen la velocidad del agua al descender por los tubos será de 0’51 por segundo y caso de abundancia de agua podrá
el público disponer de sobre 200 litros por minuto o sea, 12 m3 por hora.
En septiembre de 1.872, la
Diputación, aprueba la inversión
pretendida para tales obras; y acuerda que se entreguen a la villa de Murillo
el Cuende los bonos que le correspondan con destino a ellas.
La obra no llegó a
realizarse, probablemente debido al comienzo y desarrollo de la guerra
carlista. Posteriormente se realiza otra fuente y abrevadero mucho más modesta
que la proyectada por el catalán Campderá.
AGN. Caja
24.988. Secretaría. Expedientes Generales.