viernes, 31 de diciembre de 2010

ROMERÍA A NUESTRA SEÑORA DE LA BLANCA

LA HISTORIA SE REPITE

Cuando los pueblos se endeudaban de una manera desorbitada por causa de las guerras, pleitos, malas cosechas, desgracias, etc., ocurriendo que con los arbitrios y arriendos que poseían, apenas se podían pagar los intereses de los censales (créditos) que poco a poco habían tenido que ir tomando para pagar la deuda anterior, intervenía el Consejo real, muchas veces a petición e instancia del propio regimiento del pueblo, de sus vecinos,  o a causa de las continuas  expropiaciones que los censalistas ejecutaban sobre las propiedades que el pueblo poseía.
Para regular esta situación se establecían los Expedientes, formando una lista de ingresos y otra de gastos imprescindibles, que fuesen equilibradas.
El Regimiento formaba la partida de ingresos señalando los posibles entradas de caudales, siendo el grueso principal el arriendo de hierbas y aguas de las corralizas y aborrales; se recortaban posibles goces inmemoriales de hierba de los ganaderos y mesta del pueblo, con el fin también de venderla a forasteros y engordar dicha partida; y también se establecían los arriendos del molino harinero, carnicería, taberna, panadería, tienda del aceite, del tocino, pescamercería, madera, taño, piedra, etc.
La partida de gastos, por el contrario, se buscaba adelgazarla. Primeramente aparecían reflejados los intereses de los diversos créditos de los que eran deudores y los gastos imprescindibles de personal, procurando dejar el sueldo escueto, sin otros privilegios; se seguía  con la eliminación de partidas más superfluas (limosnas, ayudas a soldados transeúntes) y se terminaba con la reducción del gasto en actividades lúdicas, como romerías y fiestas.
En dicho Expediente se señalaba exactamente la cantidad que se podía gastar en cada una de las partidas  y el Ayuntamiento no se podía pasar de dicha cantidad, amenazándoles a los regidores y depositario, que de hacerlo por su voluntad, lo pagarían de su persona.
Una vez establecidos los Expedientes, se enviaban al Consejo real para su aprobación. Éste habiéndolos visto, los aprobaba, pedía rectificaciones o hacía sugerencias sobre posibles recortes en los gastos para ajustarlos todavía más a los ingresos.
Se decía que la villa, aldea o pueblo estaba en Expedientes. Sin autorización previa del Consejo real no se podía gastar más de lo que estaba señalado en una partida ni se podían gastar partidas no reflejadas en los Expedientes.

El 16 de mayo de 1.795, la villa de Uxue, creo, que en situación de Expedientes, hace una petición al Consejo real, señalando que el día 25 del mismo mes, tienen que ir en procesión a la basílica de Nuestra Señora de la Blanca, distante de la villa más de dos horas, y para cuyo gasto están asignados 130 reales. Señala que con ellos se ha de amasar una carga de pan, comprar otra de vino para todos los concurrentes y además pagar dos pesetas a cada sacerdote que concurre a las celebraciones religiosas.
Añade a sus argumentos anteriores que  con dicha cantidad de dinero no hay para  la cera que se gasta en la función y la mitad de lo que importa el gasto y que la concurrencia a la basílica es indispensable.
Concluye señalando que la villa no tiene más interés que la representación de tal y la concurrencia como cabeza del pueblo, y por ello pide se le conceda facultad para que el depositario interventor de dicha villa, entregue este año, para la referida función, la cantidad de 200 reales fuertes.
Como casi siempre en estos casos, el Consejo real lo remite al Fiscal de Su Majestad para que estudie la petición y emita un informe reflejando en él su parecer.
El mismo día del acontecimiento,  el fiscal, en vista del recurso hecho por la villa de Ujué, expone que las actuales ocurrencias, como eventuales, no deben servir de regla para variar unos señalamientos hechos con conocimiento; y por eso entiende que es de desestimarse la solicitud de la villa. A esto agrega una coletilla habitual “sobre todo acordará Vuestro conocimiento, lo que estime ser más conveniente”.
El proceso queda pendiente y por tanto, la cantidad solicitada para gastar en la romería a la basílica de Nuestra Señora de la Blanca queda en suspenso. 
Proceso nº 34.500

SEGÚN  LA  R.A.E.
carga aragonesa. La de 3 quintales; el quintal tenía 4 arrobas, y la arroba, 36 libras.
MEDIDAS USUALES EN NAVARRA
Una  arroba: 13’392 kilogramos
Una arroba: 14’76 litros

lunes, 27 de diciembre de 2010

PITILLAS EN LA PRENSA, 27 de dicimbre de 1.910, martes.

VELADA EN EL COLEGIO SAN JOSÉ DE PITILLAS

Una nota simpática he de transmitir hoy a DIARIO DE NAVARRA.
La comunidad de Hijas de Jesús, establecida en esta villa hace algo más de un año, donde se dedica a la enseñanza, y cuyos frutos son bien palpables para todos, nos obsequió ayer con una preciosa velada en la que tomaron parte las niñas que ya en calidad de internas, medio pensionistas, etc., reciben esmerada educación en dicho centro.
Previamente invitados se reunieron en una de las amplias salas de clase el Clero, Ayuntamiento, las diversas autoridades, familias de las educandas y la créme de la sociedad donde resaltaban bellas señoritas, respetables señoras y distinguidos caballeros y jóvenes.
A las tres y cuarto de la tarde dio principio con un himno al canto, ponderando los méritos de éste como medio de expresar los dulces y tiernos sentimientos de la infancia. Las notas musicales fluían dulces de las infantiles gargantas y sus argentinas voces nos hacían pensar en el mérito indiscutible de la Madre organista de la comunidad.
Hecho el silencio de los estruendosos aplausos que ahogaron las últimas notas, se puso en escena la preciosa y educativa comedia en dos actos del presbítero don José Nicasio Casal, titulada “La cruz de plata”. Es tal el fondo de la composición y tan afortunadamente se representó por las pequeñas e improvisadas actrices que además de la visible satisfacción del público, vimos verter lágrimas de ternura al terminar el hermoso cuadro final donde se ponen de manifiesto el amor y el deber filial de la condesita y el júbilo de los hasta entonces desdichados huerfanitos.
Como entremés tocaron al piano dos alumnas y otra dijo un monólogo que podríamos titular “la huelga de la colegiala”.
Volvió a “hacerse música” y después se representó la bonita zarzuela que lleva por nombre “La hucha” escrita por don Juan Redondo, con música de G. Taboada.
Por no alargar más esta reseña, omito los nombres de las alumnas que tomaron parte en la velada y fueron premiadas con dulces por los concurrentes; pero he de hacer constar que pasamos una tarde deliciosa y que al final recibieron las Reverendas Madres entusiastas felicitaciones que eran bien merecidas, pues solo el que sabe las dificultades que tiene que vencer el educador, puede apreciar debidamente el ímprobo trabajo que supone la organización de la velada de ayer.
Vaya para las buenas Madres nuestro modesto pero expresivo aplauso.
El Corresponsal.  26-XII-909

Diario de Navarra. Nº 2.491

jueves, 23 de diciembre de 2010

DE RAZA LE VIENE AL GALGO



Transcurrían los últimas días de invierno del año 1.558 cuando Miguel de Amburz, sustituto fiscal en la villa de Olite y su merindad, acusa a Pedro Jurío y Diego  Ongay, vecinos de Ujué,  de haber matado en los últimos veinte años más de 20 venados, contraviniendo de este modo la ley de veda impuesta por los tres estados del Reino, en que se señala que en ningún tiempo del año se puedan matar venados, excepto los caballeros, bajo pena de 100 libras por cada venado que se sacrificare. Añade el acusador, que todo ello lo hacen Jurío y Ongay bajo la excusa de haber sido nombrados monteros por el pueblo de Ujué. Además llevan de premio del bolsero (depositario de la villa), medio ducado por cada venado, como animal dañino,  y luego, los traen a la carnicería de la villa y en ella, los regidores (concejales) ponen los precios de venta como carne baja y barata, a 20 cornados la libra.
Detrás de toda esta acusación del sustituto fiscal (defensor de las cargas y patrimonio reales) está la disminución de caza mayor que va a sufrir el rey y su séquito y el incumplimiento de las leyes, nombrando monteros la villa de Ujué, sin licencia de Su Majestad.
Pide el sustituto se reciba información y declaren los testigos cuántos venados han matado y en qué tiempos se ha realizado tal matanza (de nieves, crías, etc.).
Al día siguiente, Juan de Ripalda, teniente de merino de Olite, recibe la información de cuatro testigos, Sancho de Oneca, Bertol Tercero, Lorenz de Oneca y Miguel García menor, todos vecinos de Ujué, en la que básicamente confirman la acusación y señalan algún dato más, como que hace tres años tenían un montero de Ochagavía al que pagaban un salario y que ahora, a Ongay y Jurío los tienen a meses, pero no saben si son asalariados o no. En la misma sesión Jurío y Ongay son intimados a decir lo que quieran, pero señalan que no tienen que hacer ninguna disculpa. Se les asigna a los acusados acudan a la próxima audiencia del Consejo real que se celebrará en Pamplona.
El tiempo trascurre y es a final de julio del año 1.558 cuando el Fiscal Obando acusa solamente a Pedro Jurío de haber matado 8 venados en los dos últimos años, dejando aparte a Ongay.
Jurío declara que es montero nombrado por la villa de Ujué de 14 o 15 años a esta parte y que en los dos últimos años ha matado 5 o 6 venados con arcabuz, pero ha sido habiéndolos hallado en los panificados (trigales) y viñas, debido al gran daño que producen, y para poderlo hacer, el concejo y vecinos de Ujué tienen privilegios bastantes para nombrar montero y guardas y, en su virtud fue cómo el declarante mató los venados, aunque es verdad que algunos de ellos los hallaba dentro de los campos, salían de ellos vivos y morían fuera de las heredades. Después de muertos, los daba al concejo quien los vendía en la carnicería del pueblo.
La villa de Ujué, en defensa de su vecino y montero Jurío, presenta una licencia de facultad para el nombramiento de montero por parte del concejo, otorgada por el viso rey.
Esta licencia para tener montero y matar venados fue pedida en el año 1.552 y en ella se señalaba que la villa había tenido de tiempo inmemorial la costumbre de tener un montero, apensionado por el mismo concejo, para cazar venados y puercos por la multitud que de ellos ha habido y hay en las sierras y montes de la villa y por el daño que en sus panificados y viñas hacen y les hacían, hasta que de un año o dos a esta parte, que el duque de Maqueda, vuestro viso rey, les vedó la caza y por esta causa se han multiplicado tanto los puercos y venados que les destruyen sus panificados y viñas y no se pueden valer de ello si no se cazan. Piden a S. M. consienta pueda la villa tener montero.
En abril de 1.552 se les da licencia a los de Ujué por el tiempo que fuere la voluntad del viso rey  y capitán general de este Reino, Bernardino de Cárdenas, duque de Maqueda, “para que pongan guardas para que guarden sus heredades y que sus guardas puedan herir y matar los venados y puercos hallados en sus panificados y viñedos y no fuera”.
El 1 de agosto de 1.558 se le da libertad con fianzas de 30 ducados a Pedro Jurío y de estar a justicia y pagar lo juzgado por todo este mes de agosto, dentro del cual haga su disculpa.
Pasaron dos años sin que ninguna de las partes presentase ningún escrito nuevo; pero en mayo de 1.660, el Fiscal Obando vuelve a la carga acusando a Jurío de haber matado dos venados, uno un día de mayo y otro un día de septiembre, estando los venados fuera de sembrados y viñas. Para mayor sustento de su acusación señala que en los términos de Ujué no hay ahora tantos venados y caza como solía y conviene que se conserve y guarde la que hay, así de venados como de otra cualquier caza.
Jurío se disculpa basándose en que los ha matado hallándolos en panificados, los de Ujué tienen licencia para cazar y es guarda asalariado.
El proceso se halla pendiente.

Archivo General de Navarra. Proceso nº 27.357

martes, 21 de diciembre de 2010

PITILLAS EN LA PRENSA, 21 de diciembre de 1.910, miércoles.

Pitillas. Debiendo procederse a la medición del término municipal con el fin de confeccionar el catastro, se anuncia en pública subasta la medición de unas 14.000 a 16.000 robadas de tierra en cultivo aproximadamente. Se admiten proposiciones de precios a pliego cerrado en esta Alcaldía, de aquí al 6 de enero próximo, bajo las condiciones que se hallan de manifiesto en la Secretaría del Ayuntamiento, quién se reserva el derecho de admitir la más ventajosa o de deshecharlas todas.
Pitillas, 20-12-1.910.

El Pensamiento navarro. Nº 3.753

lunes, 20 de diciembre de 2010

PITILLAS EN LA PRENSA, 20 de diciembre de 1.910, martes.

Han salido para Pitillas, en donde fijarán su residencia, las bellas señoritas de Velasco.
(Felipe Velasco era el farmacéutico de Pitillas)

El Pensamiento navarro. Nº 3.752

sábado, 18 de diciembre de 2010

PITILLAS EN LA PRENSA, 18 de diciembre de 1.910, domingo.

Acuerdos de Diputación.
Se confirmó el decreto de 11 de octubre sobre pago de estancia de un enfermo en el manicomio por el Ayuntamiento de Pitillas.

El Pensamiento navarro. nº 3.750

jueves, 16 de diciembre de 2010

EXPEDIENTE (6ª parte y última)

Carta de agradecimiento de la Junta Suprema del Gobierno del Reino al prior de Ujué informándole de la aprobación real de las acciones realizadas por la comisión que preside,  intenciones sobre la nueva situación de Navarra y Aragón a causa de la dispersión del ejército de Aragón y la coordinación con el nuevo comisionado Loynaz.

Transcripción.


A Don Francisco Xavier de Miguel, Prior de Uxue.
Sevilla, 29 de junio de 1.809

La Suprema Junta de Gobierno del Reino se ha enterado con mucha satisfacción por el oficio de V. de 6 del corriente de las disposiciones que ha tomado en cumplimiento de la importante comisión que S. M. se ha servido confiarle unidamente con el capitán don Joaquín Gómez y el subteniente don Gil del Saso. Todas han merecido la soberana aprobación de S. M. quien no duda que continuará V. con el mayor ardor esta grande empresa, aprovechándose de las buenas disposiciones que manifiestan los habitantes todos de ese desgraciado Reino y los socorros que prestan los hacendados y pudientes augurándoles que no porque la desgraciada dispersión de las tropas que componían el ejército de Aragón han dejado descubierto el país, abandonará S. M. el plan de reconquista de aquel Reino, antes por el contrario, ha dado y dará las más eficaces providencias para reunir otra vez mayor ejército y auxiliar y proteger a todos los buenos españoles de Aragón y Navarra. Así lo ha acordado S. M. que yo lo diga a V. previniéndole que habiéndose dignado conferir igual comisión a Don Miguel Loynaz, comandante agregado al resguardo de Navarra, es su real voluntad que obre V. con dicho comisionado en todo lo relativa a su comisión.

martes, 14 de diciembre de 2010

EDIFICIOS Y POBLACIÓN DE PITILLAS EN 1.910


DISTANCIA EN METROS
EDIFICIOS
Habitados
Accidentalmente  habitados
Inhabitados
TOTAL EDIFICIOS
Pitillas
-
212
8
15
237*
Diseminados
-500
3
-
13
16
+500
6
2
17
25
TOTALES
221
10
45
278
* Albergues: 2

DISTANCIA EN METROS
EDIFICIOS
1 piso
2 pisos
3 pisos
TOTAL EDIFICIOS
Pitillas
-
112
110
13
237*
Diseminados
-500
4
12
-
16
+500
25
-
-
25
TOTALES
141
122
13
278
* Albergues: 2

DISTANCIA EN METROS
POBLACIÓN
De hecho
De derecho
Pitillas
-
1.324
1.264
Diseminados
-500
31
23
+500
61
33
TOTALES
1.416
1.320

viernes, 10 de diciembre de 2010

PITILLAS EN LA PRENSA, 10 de diciembre de 1.910, sábado.

Manuel Mª Lucus Iturralde nació en Pitillas y fue bautizado el 21-11-1.800. Era hijo de Gabriel,  de Pitillas, y de Carlas, de Carcastillo; sus abuelos paternos fueron Josef Ramón y Francisca Irulegui, de Pitillas, y los maternos Miguel y María de Serra, de Carcastillo. Se casó el 21-4-1.828 en Pitillas, con Joaquina Jaurrieta Esparza, de Pitillas. Su muerte se produjo el 24-8-1.837 en la población aragonesa de Villar de los Navarros luchando contra los cristinos. No tuvo descendencia.


Recuerdos de Campaña

Manolín

Don Manuel Lucus, natural de Pitillas, fue muy popular en Navarra durante la guerra “de los siete años” por las grandes condiciones de guerrillero que poseía.
Como don Victoriano Cordeu (el Rojo de San Vicente), mandaba Lucus una pequeña partida de unos veinte jinetes y con ella recorría la parte baja de Navarra sorprendiendo a los pequeños destacamentos y molestando a las columnas enemigas.
Acerca de este bravo pitillés escribe el general don Juan Antonio Zaratiegui lo siguiente:
“Aunque por carácter tuviese Zumalacárregui marcada aversión a las bandas de caballería sueltas a causa de que los que las componen son gentes sin disciplina, acostumbrados además a no hace otra cosa que lo que es de su voluntad y que los pueblos algunas veces tienen más que sufrir de ellas que de los ejércitos enteros, sin embargo, la moderación y excelente conducta de Lucus llegaron a captar su aprecio y confianza; por cuyo motivo le autorizó varias veces para hacer diferentes expediciones que, respectivamente a las fuerzas que capitaneaba, se podría decir que le procuraron llenar el país de sus hazañas. Por dos veces le concedió S. M., a propuesta de Zumalacárregui, la cruz laureada de San Fernando de segunda clase, y por consiguiente obtuvo la pensión que marca el reglamento de esta Real orden; distinción que ningún otro mereció de aquel general”.
Valiente sin jactancia, y reservado sin ser misterioso, era él conocido entre los navarros por Manolín, uno de los más modestos militares que ha podido producir la España en estos tiempos. Como prueba de su pundonor citaremos aquí un ejemplo.
Perseguidos los veinte caballos que mandaba por gruesos destacamentos que de todos los puntos que los cristinos ocupaban en la Ribera, salían a un tiempo contra él, fue un día sorprendido en el momento de entrar en un pueblo de Navarra. Aunque solo y a pie, con la espada en la mano se abrió paso por en medio de sus enemigos; pero todos los caballos y algunos de sus soldados se quedaron en poder de aquellos.
Avergonzado con la idea de tener que presentarse a su general después de este revés y en semejante estado, hizo juramento de morir antes que verificarlo sin una fuerza por lo menos igual a la que había perdido. Se despojó enseguida de sus espuelas y espada de caballería, juntó con los que tenía hasta 22 hombres, los armó, y él el primero, con escopetas y fusiles que supo recoger por los pueblos, no sin dificultad, moviéndose de aquí para allí, dio al fin con un destacamento de caballería cristina que pasaba escoltando un correo. Lucus apostó convenientemente sus soldados, tomó con tal acierto sus medidas y los atacó con tal resolución, que consiguió hacerlos a todos prisioneros.
Entonces, montando su gente en los caballos cogidos y colocados entre filas a los jinetes cristinos, se dirigió donde estaba Zumalacárregui y le presentó, en lugar de los veintiún caballos que había perdido, treinta y dos.
Con el relato de las hazañas del famoso Manolín habría materia para llenar muchas cuartillas, pues durante la guerra “de los siete años” no descansó un solo día, siendo el tormento constante del enemigo y el azote de los pequeños destacamentos con los que podía medir sus fuerzas.

El Pensamiento navarro. Nº 3.743 

jueves, 9 de diciembre de 2010

EXPEDIENTE (5ª parte)

Nueva carta de 6 de junio de 1.809, escrita desde Ujué por Xavier de Miguel, Prior de Ujué, y Joaquín Gómez, comisionados por la Junta Central Gubernativa, relatando pormenorizadamente todos los movimientos de tropas francesas ocurridos desde el 16 de abril al 5 de junio, así como la formación de cuadrillas, sus fines y los mandos que las dirigen.

Transcripción
Relación que forman don Francisco Javier de Miguel, Prior de Uxue, don Joaquín Gómez, capitán primero agregado a la primera Compañía del Batallón de Tiradores de Doyle, y don Jil Saso, subteniente de la misma, Comisionados en Navarra por la Suprema Junta Central Gubernativa del Reyno, comprensiva desde el día 16 de abril en que los franceses dieron principio a subir hacia Pamplona por el camino real de Tafalla los efectos de Zaragoza:
Ø  El dicho día 16 subieron 10 cañones.
Ø  El 18, doce cañones de bastante calibre y muchos carros de equipajes.
Ø  El 25, veintisiete cañones de corto calibre.
Ø  El 27, seis cañones.
Ø  El 30, diez cañones y muchísimas caballerías y carros cargados de bombas y balas.
Ø  El 1 de mayo, once cañones y muchas bombas y balas.
Ø  El 2, nueve cañones de a 24, y muchas bombas y balas.
Ø  El 4, dieciocho cañones, seis de ellos de grueso calibre.
Ø  El 6, veinticuatro cañones y mucha cantidad de bombas y balas.
Ø  El 8, catorce cañones de bastante calibre.
Ø  El 10, cien barriles de pólvora y se dio orden por los franceses para que todo bagaje mayor y menor se llevase al bocal de Tudela, en todos los mencionados días subieron igualmente muchísimas de lanas y algodón en carros.
Ø  El 12, más de cien barriles de pólvora, muchos carros de equipajes, varios cañones y algunos morteros.
Ø  El 13, obuses, cinco morteros, siete cañones de grueso calibre, mucho algodón y otros carros de equipajes e infinidad de pólvora y balas.
Ø  El 16, siete cañones, muchos carros cubiertos y mucha pólvora.
Ø  El 18, seis cañones y muchas municiones; en este día promulgaron orden con recias penas prohibiendo la comunicación de noticias; en el mismo, según aviso de la Provincia, se avistaron desde Pasajes ciento diez velas inglesas y por estar el día opaco, suponían habría muchas más.
Ø  El 20 subieron cuatrocientas caballerías con 6.200 fusiles, 6 Biolentos, mucho plomo en pasta y muchos carros cargados.
Ø  El 21, doscientas cincuenta caballerías con fusiles y muchas municiones.
Ø  El 22, infinidad de caballerías con fusiles y municiones; en este día pasó el general Junt por Tafalla hacia Francia, y aunque se advirtió la novedad de que el 17 bajaron desde Valtierra a Tudela dos cañones de grueso calibre y los días 18, 19 y 22, desde Pamplona 8 cañones gruesos, dos morteros grandes y uno pequeño y había en Pamplona embargadas caballerías y bueyes para bajar 60 cañones más, diciendo los franceses que iban a Valencia, con la llegada de dicho Junt a Pamplona, se mandó suspender todo.
Ø  El 23 subieron muchísimos carros y caballerías cargados con fusiles.
Ø  El 24, cuatro carros de bayonetas y hasta 60 más de fusiles y pólvora.
Ø  El 25, muchos carros con municiones, fusiles y otros pertrechos.
Ø  El 26, cinco carros de lana y muchísimas caballerías y carros de fusiles y pertrechos.
Ø  El 27, también muchas caballerías y carros con fusiles y municiones; en este día subieron dos Generales de División y varios Coroneles y Oficiales.
Ø  El 28 volvieron a subir la artillería que bajaron de Pamplona los días 18, 19 y 22 y llevaron todos los enfermos que había en los Hospitales de Tafalla y así mismo se esperaban los que remitieron desde Tudela; pasaron más de cien caballerías cargadas de pólvora; y dieron orden a la ciudad de que inmediatamente dispusiera nueve mil pesos que le habían cabido en el reparto de los catorce millones de reales de la contribución del Reyno; y a la provincia de Guipúzcoa le hacen contribuir con dos millones de reales mensualmente.
Ø  El 29 pasaron 300 enfermos y  más de 80 caballerías cargadas de pólvora.
Ø  El 30, tres morteros y ciento cincuenta heridos; por la mañana dieron orden de bajar todo bagaje a Tudela y por la noche llegaron a Tafalla nuevamente muchísimos heridos y enfermos y pidieron a la ciudad una manta y un jergón por cada casa y después que se hizo de noche publicaron un bando de que pena de la vida nadie pudiese salir de casa sin luz y a ciertas horas con la precisión de presentarse al Comandante a darle parte a dónde y para qué salía; que de ningún modo puedan andar juntos pasados de tres sujetos y que todo vecino deba dar parte al Comandante de cualquier persona que llegue a su casa con expresión del nombre y el fin del viaje; y nuevamente han publicado bando que ni de día ni de noche se puedan juntar pasados de dos sujetos.
Ø  El 1 de junio subieron un mortero, un obús, seis cañones, multitud de heridos y enfermos, y por sujeto que llegó de Baiona se nos comunicó que aquella plaza estaba llena de lana y algodón de España, y la Catedral, de preciosidades y alhajas de mucho valor; y por la correspondencia de Oloron y del mismo Baiona tuvimos noticia de que en aquella ciudad había como dos mil hombres de tropa veterana y en Bayona como nueve mil, toda tropa bisoña, con la que custodiaban la Ciudad, la Plaza y Catedral; y por nueva correspondencia de Oloron hemos sabido que aquellos dos mil soldados se han internado por la Francia.
Ø  El 2 pasaron por Tafalla 15 cañones de diversos calibres, algunas cajas de municiones, barriles de pólvora y cuatrocientos heridos hacia Pamplona, muchos carros con familias que estaban avecindadas en España y también algunos prisioneros, y entre ellos, dos religiosos y dos sacerdotes, que aseguraron que uno de ellos es canónigo de Zaragoza, por haber hablado algunas especies y los llevaban a todo atados y a pie; en cuyo día aseguró un oficial francés que la Plana Mayor entraba en Tudela y que mucha pólvora, bombas y balas del bocal habían arrojado al agua.
Ø  El 3 pasaron como trescientos heridos, muchos coches con personas de distinción y muchas madamas, muchas cargas y carros con equipajes, muchos caballos de mano y oficiales de alguna graduación, con 150 soldados: un gran número de carros de cantineros a Pamplona y en el Carrascal, la cuadrilla destinada a él, cogió un coche francés que a las once de la noche anterior salió de Tafalla, que llevaba muchas preciosidades, dejando seis muertos franceses.
Ø  El 4 subieron dos morteros, algunas cajas de municiones y siete barcas y el comandante francés de Tafalla dio orden a todos los oficiales que estuviesen dispuestos para la marcha al primer toque de caja, pero no ocurrió novedad: en Pamplona pusieron presos hasta 24 sujetos por hablar de noticias y las partidas que había en Sangüesa, Lumbier, Estella, Lodosa y otras las han hecho subir a Pamplona, donde se han juntado dos mil hombres.
Ø  El 5 subieron 8 barcas, muchos cajones de municiones, bastantes cargas de pólvora y como unos cien enfermos escoltado todo por cien hombres de infantería y sesenta artilleros.
Ø  El 2 se enviaron dos cuadrillas, la una al punto de Irún y la otra al de Vitoria, para interceptar postas y correos y ofender cuanto sea posible al enemigo, la primera al mando de don Ignacio Echaeguren y la segunda al de don Francisco Martínez de Arizala, capitán de tiradores de Doyle, a quien se le dieron cinco onzas de oro para socorrer la gente: y en atención a que en la parte de la provincia se ha formado, para seguridad de los franceses, una partida cuya cabeza es el individuo conocido por Chincoa, que proporcionen el mejor medio para sobornar a éste, a fin de que concurra al bien de la nación, y de ese modo conseguir buenos y seguros golpes.
Ø  El 3 se puso otra cuadrilla en el Carrascal, que media entre Tafalla y Pamplona, al mando de don Francisco Maia Cadete, del mismo batallón de tiradores.
Ø  El 4 se destinó otra cuadrilla al punto de Zubiri, que es el camino de Roncesvalles, al mando de don Joaquín Baigorri, teniente del regimiento de Línea de León, que fue hecho prisionero en el puerto de Juan Cebadón, en 2 de enero y ha podido huir de los enemigos. Se continúa con actividad en adquirir toda noticia que pueda conducir, valiéndose de personas, no sólo fidedignas, sino que se emplean con el mayor celo en investigar aun de los mismos franceses, con quienes tratan todo cuanto pueda ser en beneficio de la causa común.
Ø  Así mismo se han puesto personas de carácter y acreditado celo que sin interés tengan cuidado y lleven razón de todo cuanto diariamente sube y baja por el camino real, así de hacía Tudela a Pamplona, como de esta para la provincia.
Uxué, 6 de junio de 1.809.
Firmado por Xavier de Miguel y Joaquín Gómez