A
la memoria del mártir JESÚS ESPARZA ELDUAYEN
La
Patria que se halla en peligro reclama la ayuda de sus buenos hijos; y tú, como
carlista y navarro, no podías quedarte indeciso ante la llamada tan apremiante.
Incorporado
al Tercio de San Fermín, corriste todo el frente del Norte, hasta dejarlo libre
de la tiranía marxista y llegaste a Pamplona a gozar del descanso bien merecido
de la primera Brigada de Navarra.
Reformados
los Tercios y terminado el descanso, bajaste incorporado al Tercio de Lácar, al
frente de Aragón, donde el día 9 una bala traidora segó la flor de tu vida,
trasladándola de este valle de lágrimas a los jardines amenos de la gloria.
¡Pobre
Jesús! Has muerto en el campo de batalla, bajo el cielo de Aragón, cubierto con
el blanco sudario de la nieve; pero has caído en la lucha contra los sin Dios
como un héroe, y como tal has recibido el premio más preciado por los hombres,
la honra de morir por la Patria y el honor de ser mártir de la Religión.
Grande
es el vacío que has dejado en tu familia y grande el sentimiento de tus
convecinos, y prueba de ellos es que tanto a la conducción de tu cadáver al
cementerio, como a los funerales celebrados en sufragio de tu alma, que
tuvieron lugar el día 12, acudió el pueblo todo con el Muy Ilustre Ayuntamiento
y autoridades locales, constituyendo una imponente manifestación de duelo en la
que se puso bien de manifiesto el grandísimo sentimiento que tu muerte ha
causado en todos tus paisanos.
Descansa
en paz, y desde el Cielo pide por tus compañeros y por la pronta y completa
victoria de la España Nacional.
Reciban
sus padres y hermanos el testimonio de nuestro sentimiento por tan irreparable
pérdida, y logren mitigar su pena sabiendo que tienen un hijo que ha ido a
engrosar las filas de los mártires de Dios y de la Patria.
El
Pensamiento navarro. Nº 12.449
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