05 de mayo de 1.943, miércoles.
El guarda jurado de
Pitillas Silvano Lasheras Pico, de 35 años de edad, estaba de servicio en el
campo, cuando observó que dos hombres, gitanos ambulantes, estaban desmochando
unos almendros. Les invitó a que cesaran en la labor, no haciéndole caso y continuando
la tarea. Nuevamente les prohibió la corta de las ramas, rogándoles al mismo
tiempo que le siguieran.
Entonces, así lo
hicieron los gitanos, pero al llegar a las inmediaciones de un corral en el que
se albergaba la tribu gitana, uno de ellos comenzó a dar voces de auxilio,
requiriendo la presencia de sus compañeros. El guarda se vio entonces rodeado
de cinco o seis personas de ambos sexos que le anunciaban lo iban a hacer “picadillo”.
La cosa tomó tan mal
aspecto que el guarda de Pitillas se vio obligado a disparar su carabina
alcanzando el proyectil al gitano Lucas Guzmán Novio, de 37 años, natural de
Santiago de Compostela, que quedó tendido en el suelo. Los demás gitanos
huyeron entonces, suponiendo que tomaron el camino de Mélida.
El Juzgado y la Guardia
civil de Olite se personaron en el lugar del suceso, encontrando que el citado
gitano era ya cadáver.
El Pensamiento navarro.
Nº 14.067
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