10 de julio de 1.914, viernes.
Trilladora en Villafranca
La nueva máquina trilladora
perfectamente construida por los señores Múgica, Arellano y Compañía, en sus
talleres de Pamplona, donde funciona como jefe el joven señor Lizarraga, es
debida a los inteligentes labradores navarros de Lerín, hermanos Pardo, cuya
primera máquina se ensayó con éxito, hace tres años, en Pitillas, patria del
sabio Arzobispo de Burgos, Ilmo. Dr. Cadena y Eleta, poco ha Obispo de Vitoria.
El aspecto de la máquina es
monumental por sus dimensiones y simpático por la sencillez del mecanismo. La instalada
en esta villa tiene 3’50 metros de longitud, por 1’80 de anchura y 3’70 de
elevación sobre cuatro ruedas de hierro. Trilla el trigo y la cebada de modo
ingenioso y es digno de ver su rápido funcionamiento, separando el grano limpio
del sucio y lanzando la paja para amontonarla a distancia de la era.
Las hay de tres clases, según sus
dimensiones, oscilando el precio entre 7 y 15.000 pesetas. El trabajo útil es
de 40 robos por hora; lo cual permite resolver el gravísimo problema de la
falta de personal en las penosas faenas de la siega y trilla.
El mismo día 25 de junio, debió ser
bautizada la trilladora, dándole el oportuno nombre de la “Madre de Dios del
Portal”, cuya antigua basílica se alza junto a la “Era de los Pontoneros”, y en
cuyo templo tuvimos que refugiarnos los concurrentes al religioso acto, por
causa de la lluvia que benefició los campos de la villa durante todo el día.
Honorato de Saleta.
Villafranca de Navarra, 26 de junio
de 1.914.
Diario de Navarra. Nº 4.184
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