25-05-1.937, martes.
Todos los años, desde tiempo inmemorial, vienen celebrando la tradicional procesión de los pueblos de la Ribera a Nuestra Señora de Ujué, siendo Pitillas el que más contingente dio sobre todo en los tiempos difíciles de años pasados.
Hacía años, desde antes de la República, que no habíamos visto tanta afluencia de fieles en el templo de Ujué, arrodillada ante nuestra Patrona y pidiéndole, especialmente, por nuestros bravos combatientes, por aquellos que otros años nos alegraban con sus risas y cantos pero que este año se encuentran muy alejados de sus hogares pero que nos acompañan con su espíritu.
Nuestra Virgen querida de Ujué fue implorada ayer con más fervor y entusiasmo que nunca pues son muchos los hijos de este pueblo que están atravesando esos terribles caminos de la guerra que solo la Patrona de la Ribera puede sacarlos con bien de los peligros que les rodean.
A las dos y media de la madrugada fue cantada la aurora del día y seguidamente se celebró una misa rezada, en el trascurso de la cual se repartieron muchas comuniones.
A las cuatro de la mañana, a pesar de que llovía, salimos del pueblo más de setenta cruceros, acompañados de muchos vecinos y dispuestos a escalar la sierra de Ujué para postrarnos a los pies de la Virgen Morena. A las siete llegamos a la Cruz donde almorzamos y descansamos un rato de las fatigas pasadas para entrar seguidamente y procesionalmente con los cruceros de los demás pueblos vecinos.
El templo de Ujué era impotente para contener las enorme multitud allí congregada hasta el punto de que muchos hubieron de oír el Santo Sacrificio desde el exterior del mismo.
Poco a poco fuimos regresando a nuestros hogares elevando el corazón henchido de entusiasmo y con la mente fija en aquellos lejanos lugares de lucha en que nuestros hermanos pelean contra nuestros diabólicos enemigos.
La entrada en el pueblo de los peregrinos fue algo imponente, pudiendo decirse que todo el pueblo salió a recibir a los que subieron a postrarse a los pies de la Virgen.
Como resumen del día don Genaro Arocena, nuestro celosísimo párroco, nos dirigió una sencilla plática exhortándonos a todos a seguir en defensa de Dios y de la Patria hasta derramar la última gota de nuestra sangre.
Hermanos combatientes, devotos de la Virgen de Ujué: hemos cumplido vuestro encargo y nos hemos postrado a los pies de ella implorando su bendición para todos vosotros, defensores de la Religión y de España, llevando vuestras cruces hasta el santuario de Ujué, ya que vosotros no lo podías hacer, como eran vuestros deseos.
Virgen de Ujué, Patrona nuestra: desde esa roca donde te asientas derrama tus bendiciones particulares para tus predilectos hijos, para los del pueblo de Pitillas, para aquellos valientes que años pasados, en los de la República, no permitieron que se pisotease tu sagrado nombre.
Y ahora gritad todos ¡Viva la Virgen de Ujué!
Vuestro hermano.- J. F. A.
Nuevos héroes.
No hace ocho días dimos
cuenta de la muerte en el frente de nuestro querido amigo Manuel Pernaut y
cuando aún nos embargaba el dolor que nos había producido su muerte, llega a
nosotros por teléfono la pérdida de nuestros amigos los bravos requetés de la
milicia Nacional, Esteban Fontanillo y José Zuazu: no es para narrar la pena
que dichas muertes han causado a nuestro pueblo, que tan generosamente vierte
la sangre de sus hijos en la salvación de España y en el exterminio de los
malditos marxistas y separatistas.
Esteban Fontanillo, de corazón grande y temple de
acero, que en los primeros momentos supo partir dejando su casa e hijos a quien
despedí hace cuatro días y que me dijo: Vuelvo contento; sólo siento dejar a
Gloria, de 21 días.
También contamos entre nuestros héroes a nuestro
buen amigo José Aguinaga a quien una bala marxista ha dejado sin pierna en la
flor de su vida, a los 19 años. A todos padres y hermanos acompañamos en su
dolor; pero que les quede el consuelo de saber que la sangre de sus hijos hace
la Nueva España.
De sociedad.
Después de ocho meses en
territorio enemigo hemos sentido una gran alegría al saludar a la bellísima
señorita Ángeles Pascual, hija de nuestro buen amigo D. Pedro Pascual, por lo
que felicitamos a toda su familia.
Del campo.
Los labradores siguen
apesadumbrados por la poca venta de trigo, lo que ocasiona un malestar por la
proximidad de la nueva cosecha, que debido a la falta de agua y los fríos,
dicen es malísima.
El corresponsal.
Pitillas, 2 de mayo 37.
Diario de Navarra. Nº
10.894
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