lunes, 23 de abril de 2012

JUICIO SOBRE LOS MONEDEROS FALSOS

23 de abril de 1.912, martes.


En juicio de revisión se vio de nuevo ayer en la Audiencia la causa seguida contra Domingo Apolinar Valero y Francisco David Ibáñez Ramírez.

Estos dos sujetos –según la acusación- puestos de acuerdo, convinieron dar salida a unos nuevos billetes falsos del Banco de España, y al efecto, el Valero dio al Ibáñez dos de los de 50 pesetas de la emisión de 24 de septiembre de 1.906, quien a su vez los entregó a su hijo Joaquín, para que los cambiara, con ocasión de encontrarse en Tafalla.
En efecto, el joven Joaquín Ibáñez cambió uno de dichos billetes en el estanco del señor Borges, y otro con el mismo éxito en el estanco de la señora Relaño.
Pero como a la corta o a la larga todo tiene en el pícaro mundo su fin, el David Ibáñez, animado por el buen éxito obtenido con los dos billetes que cambió su hijo, quiso repetir la suerte con otro de 25 pesetas en un comercio donde le hizo feliz una bufanda, y al entregar el billete se vio que era más falso que Judas, y nuestro hombre quedó detenido.
En unos cuantos días, la policía y la guardia civil anduvieron de cabeza practicando pesquisas para dar con la ramificación del papel moneda falso; una de las cuales consistió en un registro practicado en esta capital en el domicilio que en la calle de la Estafeta había ocupado por aquel entonces el Valero, quien al ser detenido en la estación de Pitillas, se apresuró a romper tres billetes de 50 pesetas y dos de 25, cuyos pedazos, al ser reconstruidos, se vio que formaban billetes rigurosamente ilegítimos.
¡Claro, que siendo buenos ... ni tan primo!
Como el descubrimiento de estos hechos coincidió con la aparición de muchos billetes falsos en Valencia y otras poblaciones, se concedió gran importancia a las detenciones de dichos sujetos, pero no se llegó a averiguar un más allá del que pudiera sacarse la consecuencia de que estuvieran relacionados unos hechos con otros.
Ayer, durante la vista, tampoco se aclararon puntos esenciales para venir en consecuencia de la existencia de una sociedad de expendedores de billetes falsos, cuyos agentes fueron los dos procesados que comparecieron ayer por segunda vez ante el tribunal del Jurado.
En la sesión de la mañana se practicó con laboriosidad concienzuda la prueba testifical en la que depusieron buen número de vecinos de Tafalla; y por la tarde, a las cuatro, se reanudó la vista con la prueba documental e informes de las partes.
El representante de la ley, señor Urdangarín, formuló enérgica acusación contra los procesados.
Defendió al Valero el abogado señor Romero, que sostuvo la inculpabilidad; y al otro procesado Ibáñez el letrado señor Mata (D. L.) que negó estuviera su patrocinado sabedor de la falsedad de los billetes que por buenos los ganó en el juego.
Terminados los informes, muy brillantes por cierto y más hábiles aun, se hizo el resumen por el digno magistrado señor Piracés, y los jurados se retiraron a deliberar.
A las nueve de la noche se dio lectura al veredicto, que contrario en absoluto al emitido en el mes de noviembre cuando se vio por primera vez la causa, era de culpabilidad, con arreglo a la petición fiscal.
En su consecuencia fueron condenados los procesados Domingo Valero y Francisco Ibáñez a la pena, cada uno, de 3 años, 6 meses y 21 días de presidio correccional, 250 pesetas de multa y al pago de las costas procesales, sirviéndoles de abono la mitad del tiempo de prisión preventiva sufrida hasta noviembre y la totalidad del resto.
Cerca de las diez de la noche terminaba el juicio.
El Eco de Navarra. Nº 10.679

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