En juicio de revisión se vio de nuevo ayer en la Audiencia la causa seguida contra Domingo Apolinar Valero y Francisco David Ibáñez Ramírez.
Estos dos sujetos –según
la acusación- puestos de acuerdo, convinieron dar salida a unos nuevos billetes
falsos del Banco de España, y al efecto, el Valero dio al Ibáñez dos de los de
50 pesetas de la emisión de 24 de septiembre de 1.906, quien a su vez los
entregó a su hijo Joaquín, para que los cambiara, con ocasión de encontrarse en
Tafalla.
En efecto, el joven
Joaquín Ibáñez cambió uno de dichos billetes en el estanco del señor Borges, y
otro con el mismo éxito en el estanco de la señora Relaño.
Pero como a la corta o a
la larga todo tiene en el pícaro mundo su fin, el David Ibáñez, animado por el
buen éxito obtenido con los dos billetes que cambió su hijo, quiso repetir la
suerte con otro de 25 pesetas en un comercio donde le hizo feliz una bufanda, y
al entregar el billete se vio que era más falso que Judas, y nuestro hombre
quedó detenido.
En unos cuantos días, la
policía y la guardia civil anduvieron de cabeza practicando pesquisas para dar
con la ramificación del papel moneda falso; una de las cuales consistió en un
registro practicado en esta capital en el domicilio que en la calle de la
Estafeta había ocupado por aquel entonces el Valero, quien al ser detenido en
la estación de Pitillas, se apresuró a romper tres billetes de 50 pesetas y dos
de 25, cuyos pedazos, al ser reconstruidos, se vio que formaban billetes
rigurosamente ilegítimos.
¡Claro, que siendo
buenos ... ni tan primo!
Como el descubrimiento
de estos hechos coincidió con la aparición de muchos billetes falsos en
Valencia y otras poblaciones, se concedió gran importancia a las detenciones de
dichos sujetos, pero no se llegó a averiguar un más allá del que pudiera
sacarse la consecuencia de que estuvieran relacionados unos hechos con otros.
Ayer, durante la vista,
tampoco se aclararon puntos esenciales para venir en consecuencia de la
existencia de una sociedad de expendedores de billetes falsos, cuyos agentes
fueron los dos procesados que comparecieron ayer por segunda vez ante el
tribunal del Jurado.
En la sesión de la
mañana se practicó con laboriosidad concienzuda la prueba testifical en la que
depusieron buen número de vecinos de Tafalla; y por la tarde, a las cuatro, se
reanudó la vista con la prueba documental e informes de las partes.
El representante de la
ley, señor Urdangarín, formuló enérgica acusación contra los procesados.
Defendió al Valero el
abogado señor Romero, que sostuvo la inculpabilidad; y al otro procesado Ibáñez
el letrado señor Mata (D. L.) que negó estuviera su patrocinado sabedor de la
falsedad de los billetes que por buenos los ganó en el juego.
Terminados los informes,
muy brillantes por cierto y más hábiles aun, se hizo el resumen por el digno
magistrado señor Piracés, y los jurados se retiraron a deliberar.
A las nueve de la noche
se dio lectura al veredicto, que contrario en absoluto al emitido en el mes de
noviembre cuando se vio por primera vez la causa, era de culpabilidad, con
arreglo a la petición fiscal.
En su consecuencia
fueron condenados los procesados Domingo Valero y Francisco Ibáñez a la pena,
cada uno, de 3 años, 6 meses y 21 días de presidio correccional, 250 pesetas de
multa y al pago de las costas procesales, sirviéndoles de abono la mitad del
tiempo de prisión preventiva sufrida hasta noviembre y la totalidad del resto.
Cerca de las diez de la
noche terminaba el juicio.El Eco de Navarra. Nº 10.679
No hay comentarios:
Publicar un comentario