23 de abril de 1.937,
viernes.
Ya
tiene Pitillas un tercer mártir, uno más que añadir a la lista de los héroes
que derraman su sangre para la reconquista de la España tradicional y
cristiana.
El
día 6 del actual murió en el frente de Ochandiano a consecuencia de las heridas
recibidas el valiente requeté de la Milicia Nacional Manuel Pernaut Erdociáin.
Joven aun, cuando comenzaba a vivir, viendo a la Religión pisoteada y a la
Patria amenazada, saliste a defenderla y Dios Nuestro Señor ha querido ceñir tu frente con la corona de
los mártires. ¡Eras tan bueno; que ha querido premiarte llevándote a su lado!
Sabían que tu sangre era necesaria para la salvación de la Patria y
presintiendo tu partida de este valle de lágrimas escribías no hace muchos días
a tus padres: “Yo quizá no os vea, pero vosotros aún me veréis” y aunque tu
cuerpo haya descansado breve tiempo al regazo de los tuyos, han tenido el
consuelo de verte y acompañarte hasta la última morada. Tú no has muerto para
nosotros, tu recuerdo perdurará en nuestros corazones y nuestras oraciones
subirán hasta el Cielo para pedirte que desde donde estás colocado eches una
mirada hacia nuestra Patria y pidas por ella.
Descanse
en paz este nuestro mártir de Dios y la Patria y acompañamos en el dolor, que
por esta pérdida les aqueja, a sus padres don Constantino y doña Asunción,
hermanos y demás familia. A la conducción del cadáver y funerales que se
celebraron los días 11 y 12, respectivamente, se asoció todo el vecindario,
juntamente con sus autoridades y milicias. Terminamos ante la tumba de estos
héroes dando un fuerte grito de ¡Viva España! ¡Viva siempre España!.
El
corresponsal.
Pitillas,
19-4-1.937
El
Pensamiento navarro. Nº 12.315
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