Carta del Prior de Ujué de fecha 6 de junio de 1.809 a la Junta Central Gubernativa del Reino, dando acuse de recibo de su nombramiento al frente de la empresa junto con Saso, Gómez y Arizaga y las acciones realizadas a tal fin.
Transcripción.
Señor:
El 30 del próximo pasado recibí el oficio que V. M. se ha dignado dirigirme por S. E. el Secretario Don Martín Garay de fecha 28 de abril, incluyéndome las órdenes, decretos y Proclamas de V. M., autorizándome para dirigir en los términos más conducentes al buen servicio de la Patria, la empresa propuesta por don Joaquín Gómez, capitán primero, agregado a la primera Compañía del Batallón de Tiradores de Doyle y don Jil del Saso, subteniente de la misma, entendiéndome para la correspondencia y demás que ocurra con el Brigadier de los Reales Ejércitos don Juan Carlos Arizaga y poniéndome de acuerdo con los referidos Saso y Gómez.
Desde que los expresados oficiales llegaron recomendados a mí por el Síndico de este Reino Don Alejandro Dolarea y con comisión expresa del Excelentísimo señor don Francisco Palafox, representante de V. M., dimos principio a la empresa procurando adquirir noticias exactas del estado e intenciones del enemigo, armando algunas cuadrillas para interceptar correos y postas y ofenderle cuanto fuese posible.
Habíamos ya dirigido a dicho señor representante de V. M. y Síndico del Reyno, además del oficio del 27 de dicho marzo, en que propusieron la empresa, avisos puntuales de cuanto iba ocurriendo remitidos a ambos con fechas de 7, 11, 13, 19 y 29 de abril y en éste, otro igualmente al Excelentísimo señor don Joaquín Blake.
También atrajimos, a la prosecución de la empresa, a aquellos sujetos de más conocido celo y patriotismo, entre los cuáles no era el menos recomendable don Ángel de Perurena, que perdió la vida en los primeros encuentros con el enemigo de la acción del Valle del Roncal, y aunque cuanto pendía de nuestra parte, no cesábamos de activar con toda diligencia las relaciones y demás objetos pertenecientes al intento, no obstante eran lánguidas nuestras operaciones por falta de medios propios y necesarios en semejantes casos. Mas ahora puedo asegurar a V. M. que nada nos falta. Los pudientes del Reyno, a pesar de las calamidades que han sufrido y sufren, nos socorren con dinero y ofrecen largamente sus riquezas luego que han visto el sagrado nombre de V. M. a la frente de este negocio, y con fecha del 2 dirigimos al expresado don Juan Carlos de Arizaga el correspondiente oficio con un estado individual semejante al que remitimos a V. M. y con la correspondencia de un posta que se mató el 22 de mayo entre Tafalla y Pamplona.
Los Papeles, Decretos, Órdenes y Proclamas que inmediatamente puestos en circulación han volado por todo el Reyno y las Provincias, penetrando también más allá de los Pirineos, han surtido tan buen efecto, que cada día se palpan demostraciones sensibles de lo mucho que han inflamado los corazones de estos habitantes y aún avisan de Francia, con sujeto que salió el 2 de Bayona, que de pocos días a esta parte, se ha trocado enteramente el idioma de los franceses; aquellos entusiastas fanáticos del tirano Napoleón, que han vomitado tantas injurias contra la España, ya hoy se atreven a gritar a favor de la Justicia que asiste a los españoles y protestan que desean ver nuestros ejércitos para incorporarse con ellos y unirse a nuestra causa.
V. M. verá por la relación del papel adjunto el Plan que hemos adoptado para llevar a efecto sus soberanas intenciones. Se han puesto cuadrillas armadas al mando de oficiales en los caminos de Vitoria, Irún, Pamplona y Roncesvalles, de forma que apenas podrá pasar un posta ni un correo que no caiga en sus manos y en breve se armarán otras para socorrer a éstas. Se han dado encargos estrechos a los oficiales que las mandan, que lejos de incomodar en ninguna cosa a los pueblos, en atención a que van socorridos, ofrezcan su auxilio a las Justicias y se valgan de los párrocos para cuanto pueda serles conveniente, que no dudo favorecerán en cuanto puedan, sin permitir que la gente de su mando cause el más leve daño ni cometa ninguna de aquellas vilezas que manchan el honor español y han sido causa del mal efecto que han surtido otras empresas de esta misma clase, intentadas por algunos otros sujetos.
Debo elevar al superior conocimiento de V. M. que Gómez y Saso no han recibido los oficios que al parecer se les debía pasar, mas no han hecho gran falta porque el mío ha suplido por todos.
Dios guarde a V. M. muchos y felices años para el bien de la Nación Española. Uxue, 6 de junio de 1.809.
Xavier de Miguel, Prior de Uxue.
S. R. M. La Suprema Junta Central Gubernativa del Reino.
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