Ujué, 15 de febrero de 1.900.
Sr. Director de EL ECO DE NAVARRA.
Muy señor nuestro y de nuestra más distinguida consideración: Enemigos de toda exhibición, nunca nuestros modestos nombres hubiesen figurado en la prensa periódica, si estímulos poderosos no nos movieran a ello; pero hemos recibido un grande beneficio, al que no poco ha contribuido con sus nobles estímulos la prensa de la capital, y de ella queremos servirnos para hacer público nuestro reconocimiento, si, como no dudamos, se digna dar cabida en el periódico de su digna dirección a nuestros sentimientos de gratitud.
De tristes y duraderos recuerdos serán para esta villa, el fin de 1.899 y principios de 1.900, por haber una enfermedad, tan penosa como repugnante, sumido en el luto y la miseria a la mayor parte de sus vecinos.
La caridad particular había agotado sus recursos, el municipio había dado cuantos fondos tenía disponibles, sin que en manera alguna hubiesen podido ser atendidas las más perentorias necesidades de cerca de trescientos enfermos, y sin que se pudiese prever el fin de tan terrible plaga; pero Dios quiso visitarnos con esta calamidad, quiso también mandarnos el remedio, por medio de las autoridades superiores de la provincia y de la benéfica asociación de la “Cruz Roja”.
Apenas llegó a oídos del dignísimo Gobernador civil de esta provincia y declarado protector de Ujué, de la Excma. Diputación Foral y de la Cruz Roja, lo inmenso de nuestra tribulación, cuando se apresuraron a aliviarla. La Diputación, concediendo cuanto el Ayuntamiento había solicitado para atender a los gastos de la enfermedad, y el Sr. Gobernador, con los médicos de esa capital, Sres. Jimeno y Arraiza, viniendo a traer, juntamente con la cantidad que la Excelentísima Diputación había concedido y los recursos que de sus bolsillos particulares repartieron entre los enfermos pobres, el valor a este pueblo, abatido bajo tan terrible azote.
Grande fue el bien que tan ilustres, como caritativos huéspedes, hicieron con su visita a este pueblo; pero no fue mas que el principio de otros muchos, porque desde entonces, por encargo del doctor Jimeno, en nombre de la Cruz Roja de Pamplona, ha corrido por cuenta de esta asociación, el importe de los alimentos suministrados a los enfermos pobres, y sólo Dios sabe el bien que esto ha hecho; porque si todos los médicos pudiesen, como en esta ocasión, recetar siempre caldo, no hay duda que la mayor parte de las convalecencias serían muy cortas, como ha sucedido aquí, pues todos los enfermos están ya completamente restablecidos, sin que en los últimos quince días haya ocurrido mas que un nuevo caso en un niño, que muy pronto estará bien.
No menos solícita la Sección de la Cruz Roja de Tafalla, se apresuró a preguntar por las necesidades de este pueblo, y enterada por los señores antes mencionados de lo que era de mayor urgencia, se personó una comisión compuesta por don Marcos Indart, Presidente, don Narciso Arnoriaga, Secretario, don Doroteo Eraso y don Daniel Valero, mandando antes ropa blanca, cal y la bañera regalo del señor Gobernador, visitando a muchos enfermos, y socorriendo a los más necesitados con alguna limosna en metálico, y encargándose de remitir mantas, como lo hicieron a los dos días a la vez que otra bañera, regalo de la Cruz Roja de Pamplona.
El resultado de todo esto, ha sido el quedar extinguida la viruela en veinte días, a pesar del inmenso incremento que había tomado.
Reconocido el beneficio, nosotros, como los más interesados en el bienestar de este pueblo, por los cargos que en él desempeñamos, nada más nos resta que mostrar nuestra gratitud en nombre de todos los vecinos de Ujué, a todos los que nos han favorecido, no sólo por lo que han hecho, sino también por lo que han deseado hacer, pues todos han manifestado, que si cuando nuestra situación fue más apurada, la hubiesen conocido, al momento la hubieran remediado.
Gracias, pues, a la Excma. Diputación, que ha demostrado querer para su pueblos un gobierno paternal, como es tradicional en ella, y en particular al muy digno diputado por este distrito don Jesús Elorz, que fue el que promovió este asunto, ante la Excma. Diputación en favor de este pueblo; gracias al siempre amante y amado de este pueblo de Ujué, don Jenaro Pérez Moso, gobernador civil de esta provincia; gracias a la Cruz Roja de Pamplona, y en particular a su dignísimo presidente don Serafín Mata y Oneca y a los señores Gimeno y Arraiza, por haber demostrado una vez más saber cumplir con los fines de esta asociación; gracias no menos rendidas a la sección de Tafalla, y en particular a la Comisión que nos visitó, que a imitación de los señores antes mencionados, atentos sólo al cumplimiento de su deber humanitario, no les arredró la molestia del viaje, ni el peligro del contagio, ni lo repugnante de la enfermedad; gracias al ilustrado maestro de esta villa don José Arias, que con sus escritos en la prensa, hizo que llegara a las ya repetidas personas, la noticia de nuestra desgracia; gracias por último a EL ECO DE NAVARRA, que haciendo pública nuestra precaria situación, contribuyó no poco a su remedio.
Dios premiará a los que tanto nos han ayudado y tengan la seguridad de que en Ujué se pronunciarán siempre sus nombres con veneración y gratitud.
Finalmente, dan a usted las gracias anticipadas por la inserción de la presente y tienen el honor de ofrecerse a usted con la mayor consideración, atentos y SS. Q. B S. M.
Pedro Porta, Alcalde.- Félix Aramendía, Párroco.- Alfredo Castellano, Médico.
17 de febrero de 1.900, sábado. El Eco de Navarra. Nº 6.913
Que orgullo bisabuelito . Yo Irene Specht Arnoriaga desde el 2.013 al 1.900
ResponderEliminarPues sí es para estar orgullosa, y muy orgullosa.
ResponderEliminarSaludos.