lunes, 18 de octubre de 2010

EN EL CAMINO DE LUMBIER A AIBAR

Así es como comentaba un periódico de Madrid el suceso ocurrido en el camino de Lumbier a Aibar, cuyos presuntos autores fueron tres ujetarras.

Un lamentable suceso ha acaecido anteayer, 26 de septiembre de 1.881, en el camino de Lumbier a Aibar (Navarra) y que ha preocupado hondamente a los moradores de aquellos contornos.
Un carretero que partió de Lumbier, con dirección a Aibar, pidió protección a la pareja de la guardia civil, manifestando que conducía valores importantes; la pareja se introdujo en dos comportas que se llevaban en el carro y al llegar junto a la alcantarilla de la carretera, se vio que eran fundados los temores del carretero.
Un individuo armado saltó al camino y echó el alto al carretero, que principió a defenderse; el aparecido disparó el arma que llevaba, e inmediatamente se presentaron otros dos sujetos, también armados, uno por cada lado del camino; pero entonces los guardias salieron de su escondite, y comenzó un ligero tiroteo. El individuo que intimó primeramente al carretero huyó a todo correr; el segundo fue herido en el vientre y de bastante gravedad por uno de los guardias, pero la herida no le impidió ganar el bosque denominado “Los pinares”; y el tercero, menos afortunado que sus camaradas, fue alcanzado por dos proyectiles que le produjeron la muerte.
Comenzadas las primeras diligencias, se ha venido en averiguación de que el muerto era de Ujué, por cuyo dato se debe suponer que es probable la captura de los otros criminales.
Posteriormente también se supo que el herido se presentó a unos labradores a quienes dijo que le prestaran una caballería, pues no podía continuar caminando por habérsele disparado el revólver. Se le dejó una borriquilla, pero entrando en sospechas de algún suceso grave, dos de los referidos labradores entregaron al sujeto a la guardia civil del puesto de Nardués. En esta localidad continúa el herido, pero de tanta gravedad, que ya se le confesó hace dos días.
El tercer criminal, que emprendió la fuga y que no pudo ser hallado, lo ha sido después en Ujué, donde se encontraba acostado y con toda la tranquilidad del mundo. Los tres malhechores eran de Ujué, habiendo desde este punto hasta el que se cometió el crimen seis leguas y de aquí a Nardués aproximadamente dos.

La Correspondencia de España: diario universal de noticias. Nº 8.590 y 8.592

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