17 de junio de 1.886, miércoles
Sobre la mascarada carcacatólica de Ujué, recibo con bastante retraso este telegrama:
“Procesión Tafalla, alcalde finchado por entregar estandarte pagado fondos públicos. Coche hermano alcalde, atropella mujer pueblo.
Romerías pueblos carlista organización; descubierta, curas al frente, caballería vanguardia, amas coches centro, sección retaguardia.
Curas jinetes, tontos descalzos cargados cruz, salvajes cantos, frailes sucios, bandera negra, vivas a virgen, filoxera cura Artariain.
Pitillas grajo, aconseja liberales combatir; jesuita Artola idem per idem. Inmun dicia, baba, sueltan mucha.
Milagrosa parte. Mujer cae macho, dientes y muelas pierde, marido rómpese pata.
Paralítico Beire camilla va, peor regresa.
Ciego pide a voces vuélvale virgen vista, curas tápanle boca; sin guipar sale.
Iglesia asfíxianse mujeres dos; primera, unción recibe”.
¿Qué importa todo esto, ni las borracheras y ultrajes a la moral propios de todas las romerías, si los carlistas consiguieron su objeto, que fue el de reunirse, contarse y concertarse, para ocupar cada uno su puesto cuando suene el cuerno bélico del vendedor de toisones y seductor de prostitutas?
Tremenda responsabilidad debemos exigir en su día a los que están consintiendo estas manifestaciones carlistas, en que se conspira contra la honra y la vida de los liberales, y se fragua la ruina de la patria.
No se mostrarían los partidarios de ese imbécil pretendiente tan animados si los gobiernos de la restauración cumplieran con su deber.
El Motín. Periódico satírico semanal. Madrid.
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