A la memoria de mi buen amigo Servando Abete
Querido amigo:
Desde el cielo leerás en mi pobre corazón el
sentimiento que tu muerte me ha producido. Ya sé en la forma que caíste
mortalmente herido por una bala del enemigo. Sé también, que Dios te dio breves
segundos de lucidez, pero no te faltó tiempo en ellos para morir gritando
¡Arriba España! Tus buenos amigos orgullosos estamos por tu edificante muerte,
porque así mueren los valientes, los héroes y en una palabras los “camisas
viejas”, como tú lo eras desde que se fundó en Navarra Falange Española de las
Jons. Me parece que te estoy viendo aquella tarde de 22 de julio, cuando juntos
salimos de nuestro querido pueblo “cara al sol y con la camisa nueva” entre
abrazos de nuestros queridos padres y amigos y sollozos de nuestras novias nos alejábamos
en una vieja camioneta gritando emocionados nuestros gritos de guerra y de
gloria. ¡Quién nos iba a decir que aquella era nuestra última despedida,
nuestro último adiós! Mas no importa, no te veremos en la tierra pero esperamos
verte en el Cielo y allí, todos juntos los que hemos defendido nuestra Religión y nuestra gloriosa España,
unos con nuestra sangre y otros con nuestros sacrificios y privaciones, nos
reuniremos eternamente, para siempre, y seremos felices.
A tu resignado padre y hermanos mi más profundo
sentimiento y con el grito que te despediste de este mundo, de ¡Arriba España!,
se despide tu buen amigo.
¡Viva Franco! Y ¡Viva siempre nuestra inmortal
España!
F. Sagardoy
Irún, 18 mayo 1.937
Diario de Navarra. Nº
10.890
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