miércoles, 28 de diciembre de 2011

INSULTO UXOENSE



Transcurría con toda normalidad en Ujué la tarde del 11 de septiembre de 1.886. En la plaza Mayor jugaban a las tabas unas niñas, un grupo de niños lo hacía al gua, Escolástica Mateo charlaba con otras dos amigas. La gente transitaba por el lugar. Uno de los que acertó a pasar fue el joven Víctor Leza Gorría (a) Luiri. Víctor era hijo de José y de Juana, tenía 13 años y aunque ya se dedicaba a la labranza, sabía leer y escribir, y ... algo más.
Al pasar al lado del grupo donde se encontraba Escolástica, dirigiéndose a ésta, le gritó:
- ¡Soya, Soya!
Casi todo el mundo que hubiera oído tal palabra pensaría: ¿qué dice?, no le entiendo. Pero no, en este pueblo, esa palabra es calificada de insultante, por haberse llamado así una mujer de mala fama.
Así que, Escolástica se incomodó y, dirigiéndose hacia Víctor, se abalanzó sobre él a quien agarró de los pelos. El joven no se echó para atrás, sino que se enfrentó a ella llegando ambos a las manos.
Consciente Escolástica de su inferioridad, cogió una piedra y le dio con ella a su contrincante en la cabeza, causándole una pequeña lesión.
Víctor, enfurecido, separándose de la joven, tomó otra piedra y lanzándola sobre aquella, le produjo una herida en el pabellón de la oreja izquierda, herida que se curó, sin causarle deformidad en el apéndice, en un mes y veintisiete días.
Los facultativos señalaron que de haber sido más diligente y constante la familia de Escolástica, se hubiera obtenido la sanidad a los veinticuatro o veintiséis días. Esto no fue impedimento para que pudiera trabajar a los quince o dieciocho días.
Juzgados los hechos, la herida producida por Víctor fue calificada como delito de lesiones menos graves y de haber obrado en ello sin discernimiento a causa de su edad y por tanto, exento de responsabilidad criminal. Por cuya causa, fue absuelto y entregado a su familia con encargo de vigilarlo y educarlo.
Como la familia de Escolástica no renunció a la responsabilidad civil por los perjuicios que se le causaron con motivo de la lesión sufrida, se le reservó el derecho de poderlo reclamar donde creyera conveniente hacerlo.
Por otro lado, la herida leve producida por Escolástica en la cabeza de Víctor, fue estimada como una falta, cuya competencia correspondía al Juzgado municipal de Ujué.
A su titular, Romualdo Ayesa, por su negligencia, pues los hechos ocurrieron el 11 de septiembre y comenzó a instruir las diligencias el 4 de octubre, a virtud de la comparecencia que en ese día verificaron ante él los padres de la ofendida Escolástica Mateo, denunciando que había sido lesionada; se le impone, por vía de corrección disciplinaria, la multa de 10 pesetas, que deberá hacer efectiva en el papel correspondiente.
Y atendiendo también a que el letrado don Juan Revuelta Ortiz, nombrado de oficio para la defensa del procesado en esta causa, dejó de asistir a estrados  en la sesión del juicio oral y público sin justa causa alegada, desamparando por tanto la defensa, se le advierte que en lo sucesivo no incurra en falta análoga y se dé conocimiento de esta corrección al Decano del Colegio de Abogados de Pamplona.
Aquí hay para todos.

sábado, 24 de diciembre de 2011

JOSÉ IRIARTE

24 de diciembre de 1.911, domingo.






Ha llegado de San Sebastián el redactor de “El Pueblo Vasco” don José Iriarte, el cuál ha marchado a su casa de Pitillas, para pasar las Pascuas al lado de su distinguida familia.

Diario de Navarra. Nº 2.800

jueves, 22 de diciembre de 2011

BAUTIZOS EN VASCUENCE

22 de diciembre de 1.911, viernes. 


Vitoria. El Boletín eclesiástico publica una circular del Prelado en la que da cuenta de la contestación que ha dado Roma a la consulta que se hizo sobre el bautizo en vascuence.

Diario de Navarra. Nº 2.798

sábado, 17 de diciembre de 2011

EXPOSICIÓN DE "TXIKITO" EN PITILLAS

EXPOSICIÓN


organizador:
Categoría:
Fecha:
17 de diciembre del 2011 Sábado
Hasta el 10 de enero del 2012 Martes
Público:
Todos los públicos
Obra: acrílicos sobre tabla y lienzo. Belleza e intimismo influenciado por la pintura aborigen de su Australia adoptiva.
Inauguración de exposición pictórica en Pitillas: Sábado 17 de Noviembre.
20.00h. Bar Garde. Pitillas

viernes, 16 de diciembre de 2011

LLEGA EL ABUELO

16 de diciembre de 1.911


El número 3

Ha llegado a Pitillas nuestro querido amigo el digno diputado foral don Gabriel Zabaleta. 

El Pensamiento navarro. Nº 4.066

jueves, 15 de diciembre de 2011

AGRESIÓN

15 de diciembre de 1.911, viernes.


Un hecho salvaje ha tenido lugar en la villa de Pitillas. De un pueblo de Aragón llegó a la villa un pobre joven llamado Buenaventura Vinuesa con intención de buscar trabajo. Se hallaba el joven parado, cerca de la iglesia, cuando un grupo de mozos le hicieron un disparo, hiriéndole en el cuello y haciéndole caer al suelo. El grupo de mozos fue hacia él en actitud agresiva y el joven se vio precisado a huir, temiendo que lo acometieran. La herida recibida por el joven es de pronóstico reservado. El juez instruye sumario.


Diario de Navarra. Nº 2.792



En Pitillas ha sido herido por un disparo de arma de fuego un individuo llamado Buenaventura Vinusa, que el día 14 llegó a aquella localidad en busca de trabajo. Se ignora quién fue el agresor pues el disparo partió de un grupo de mozos del pueblo que, no contentos con la agresión, que causó al pobre hombre una herida de pronóstico reservado en el cuello, le arrebataron una alforja y le obligaron a pasar la noche en el campo. En el vandálico hecho entiende el juzgado correspondiente.

El Eco de Navarra. Nº 10.579

martes, 13 de diciembre de 2011

NATALICIO

13 de diciembre de 1.911, miércoles.





En Pitillas ha dado a luz una preciosa niña, la distinguida señora doña Fermina Zabaleta, esposa de nuestro amigo Domingo Sagardoy. Felicitamos a los padres y abuelos de la criatura.

El Pensamiento navarro. Nº 4.063

lunes, 12 de diciembre de 2011

AL CALABOZO

12 de diciembre de 1.886


Al depósito municipal ha sido conducido un sujeto de Pitillas por alborotar por las calles y no querer obedecer a los municipales.

El Tradicionalista. Nº 42

martes, 6 de diciembre de 2011

EPISODIO EN UJUÉ DE LA GUERRA DE LOS REALISTAS DE NAVARRA CONTRA EL "INTRUSO SISTEMA Y GOBIERNO REVOLUCIONARIO"

CAPITULO  V
ÚLTIMA  SORPRESA  Y  DISPERSIÓN  DE  LOS  REALISTAS A  LAS  ORDENES  DEL  SEGUNDO  COMANDANTE,  D.  JUAN  VILLANUEVA,  EN  LA  VILLA  DE  UJUÉ  EN  11  DE  ENERO  DE  1.822

El insigne Villanueva a pesar de la derrota y dispersión general que había sufrido en Larrainzar por un triste conjunto de circunstancias, que de ninguna manera podían evitarse; y no obstante de la infausta sorpresa de Nagore, que acababa de verificarse en la columna de D. Santos con una total disipación de la misma, concebía todavía esperanzas lisonjeras de reunir los dispersos de ambas columnas, y continuar con ellos en la más difícil, ardua y expuesta de las empresas humanas. Queda solo entre los principales que había delineado este plan; y aun no cree imposible su ejecución y su éxito feliz; ¡Cuánto puede producir de entusiasmo y de ideas sublimes en un alma grande, noble y generosa el amor vehemente de la Religión y del Rey!
Con este noble objeto pasó con unos 60 hombres desde Yesa a Ujué, a donde llegó entre cuatro y cinco de la tarde. Se alojó en el extremo del pueblo y colocó su gente en las casas inmediatas; cubrió los puntos y avenidas del enemigo con avanzadas y centinelas de la mayor confianza, particularmente la parte de Gallipienzo, donde se hallaba una pequeña columna contraria a las órdenes del coronel Tabuenca; y obligado de una fuerte destemplanza catarral que padecía, se retiró a descansar afianzado en las medidas de seguridad que había tomado y en la más constante y jamás desmentida lealtad de los habitantes de este pueblo realista, que se desvivía por auxiliar a porfía a los que defendían la buena causa. El enemigo, que sabía muy bien la ciega adhesión de esta villa hacia los voluntarios realistas, al mismo tiempo que su odio y ojeriza a los partidarios del sistema constitucional, no dudaba que todos los puntos y pasos regulares de su tránsito para la misma, estarían ocupados con dobles avanzadas y centinelas; y por lo mismo, dejando los caminos triviales y caminando una parte de la noche, se dirigió por la derecha al pueblo de Sabaiz, por cuyo punto tomó su marcha para Ujué, entrando al amanecer en esta villa por la parte opuesta al camino de Gallipienzo y demás sitios donde estaban colocadas las avanzadas. Por este ardid y astuto medio logró la completa sorpresa que intentaba contra la pequeña columna realista situada y alojada en esta villa.
Los tiros que disparaba el enemigo por las calles, sus feroces y sanguinarios aullidos de muerte y los lastimeros clamores y ayes de los inocentes moribundos fueron los primeros avisos que tuvo Villanueva de la entrada de sus contrarios en el pueblo. En este lance, lejos de rebajarse un punto la grandeza de su valor y fortaleza, recibe un aumento extraordinario a la vista del peligro. Sale de su alojamiento montado en su caballo y con sable en mano, acompañado de D. Francisco Ibarrola y D. Pedro Ozcoydi, y queriendo huir por una calle, la encuentra bien cerrada por el enemigo, quien le tira una descarga, a cuyas resultas queda traspasado de balas y herido mortalmente su caballo. Se retira hacia la plaza, y se halla también al frente del enemigo. Toma su dirección por otra calle, pero se mira igualmente embarazado por las bayonetas contrarias. En este estado, viéndose acometido por todas partes, se arroja contra los que cerraban su tránsito, quienes aterrados de su terrible y espantoso denuedo, se vieron en la necesidad de abrirle el paso, por no perecer al filo de su furioso y centelleante sable. Sale del pueblo con su agonizante caballo y el enemigo le sigue a sus alcances, particularmente en la bajada del mismo, donde no era posible dar una carrera. En este momento el valiente y leal paisano Pedro Gorría, de esta misma villa, se presenta contra el enemigo en una altura inmediata y arrojando furiosas piedras contra el mismo, con los gritos siguientes: “Formación voluntarios, y venid acá, donde hemos de acabar con la canalla”, logró que se detuviesen los que perseguían a Villanueva, quien tomó entonces alguna ventaja y pudo por este medio salvarse de aquel peligro. Apenas había andado una legua de camino cuando expiró su caballo a causa de las mortales heridas recibidas poco ha en las calles de Ujué; pero quiso la providencia divina que un buen potro de D. Agustín Esparza, alias Catachuan, oficial realista, corriese de una cuadra de Ujué y siguiese a carrera abierta al caballo de Villanueva, sin separarse un punto de su lado, en el cual montó enseguida que le faltó el suyo. Acaso feliz, que los católicos realistas de esta villa atribuyesen piadosamente al patrocinio milagroso de Nuestra Señora de Ujué. Así se vio libre Villanueva de uno de los peligros más terribles e inminentes en que puede verse el hombre en la infausta alternativa de la guerra. Conoció entonces que no era llegado todavía el suspirado momento de la restauración del trono y del altar y corrió al instante a unirse a sus compañeros en Francia, donde permaneció hasta el segundo más venturoso levantamiento, en compañía de su esposa, que también había salido de Pamplona con él.
En esta fatal sorpresa perecieron en manos del enemigo seis de los realistas, entre quienes se cuenta D. Manuel Molís, beneficiado de Úcar y capellán de Villanueva, y el teniente coronel D. Joaquín de Navarlaz, dos soldados y dos paisanos. Cayeron también unos pocos prisioneros, entre los cuales se hallaba D. José Miguel Navarro, secretario de Villanueva, los que cubiertos de golpes y de amenazas de muerte, fueron conducidos a los calabozos de la ciudadela de Pamplona, salvándose los restantes al amparo y abrigo de los habitantes leales de esta villa.
No es posible poder dar una idea de toda clase de amenazas, de males y atropellos que padeció este pueblo leal con el motivo de esta jornada funesta. El cabildo eclesiástico, el ayuntamiento y generalmente todos los vecinos, estuvieron expuestos a sortear sus vidas por parte del infernal Tabuenca y demás jefes de las hordas revolucionarias, quienes evidenciados de sus sentimientos contarios al sistema constitucional por su general decisión a favor del Rey nuestro Señor, en cuya defensa habían tomado las armas hasta 100 de sus jóvenes valientes, miraban a esta villa como un asilo y refugio seguro de los realistas de Navarra y de todas partes.
Aunque esta sorpresa puede llamarse la conclusión final y decisiva del primer levantamiento de los voluntarios realistas de Navarra, quedaron sin embargo diseminados por este leal suelo algunos pocos jefes subalternos, que permanecieron en él hasta el segundo más feliz rompimiento, haciendo de cuando en cuando varias correrías contra el enemigo. Estos valientes oficiales fueron D. Pedro Echegoyen, alias Perito; D. Agustín Esparza, conocido por Catachuan; D. Antero Dancausa, D. Ramón Jáuregui y D. Francisco Armengol. El primero tuvo la desgracia de caer en breve en poder de una partida enemiga mandada por el capitán D. Manuel Gurrea, y aunque pudo salvar la vida en medio de los ultrajes y amenazas más terribles, sufrió en los calabozos de Pamplona los horrores y padecimientos casi equivalentes a la muerte. Los restantes se burlaron siempre de las más vivas persecuciones de las columnas enemigas, a quienes hicieron estar en unas continuas marchas y movimientos, causándoles por este medio fatigas y trabajos que no es fácil calcularlos y analizarlos hasta su punto. Estos restos de la división Navarra fueron como el sostén del espíritu público realista, la esperanza de los leales, el terror y centinela de los extraviados y la avanzada permanente de los jefes principales, que refugiados en Francia, estaban coordinando mejor la entrada en este reyno, para el segundo levantamiento, que había de contribuir eficazmente a la restauración más completo del trono y del altar.

viernes, 2 de diciembre de 2011

JORGE PASCUAL NAVASCUÉS


02 de diciembre de 1.936, miércoles.


Diario de Navarra.



jueves, 1 de diciembre de 2011

DOS MUERTOS POR LA RELIGIÓN Y LA PATRIA

01 de diciembre de 1.936, martes.

                         Anguiozar

In memoriam

Dos muertos de la Religión y de la Patria

De emoción profunda fueron para nosotros los días 26 de octubre y 25 de noviembre, en que tuvo lugar el entierro de nuestros héroes Damián Sola Amillano y Jorge Pascual Navascués: el primero, hijo de nuestros queridos amigos don Segundo y doña Ramona, soldado del Regimiento de América, nº 23, muerto en Anguiozar, en el frente de Guipúzcoa; y el segundo, de nuestros correligionarios don Pedro y doña Encarnación, voluntario requeté, muerto en Toba, frente de Sigüenza.
Los dos cadáveres fueron recibidos por el pueblo entero, precedido por sus dignas Autoridades, a la entrada del pueblo, en el silencio más profundo de la noche y acompañados a sus domicilios, rezando fervorosamente el Santo Rosario.
La conducción de sus restos a la Iglesia y Cementerio fueron de una solemnidad extraordinaria; las autoridades y el pueblo todo diéronse cuenta de la gloria conquistada para Pitillas con la sangre y la vida de estos sus hijos y puso todo su esfuerzo por rendirles digno tributo de piedad y de admiración. Las autoridades presidiendo los actos, las milicias con su formación y ofreciéndoles preciosas coronas, nuestra capilla de música interpretando fideli liremente al oficio gregoriano y Misa de Helar y los maestros asistiendo con sus niños; nuestro querido Párroco al terminar los oficios en el Cementerio, profundamente conmovido, entre las lágrimas de todos, dirigió al público unas palabras, haciéndonos vez, en el primero, cómo por la vida generosamente ofrecida por Damián, Pitillas, que desde los primeros momentos mostró su entusiasmo y generosidad en defensa de la Religión y de la Patria, incluso con la sangre de las heridas de sus hijos, entraba de lleno a participar de la gloria especial que corresponde a la españolísima Navarra, explanando después otras ideas, ante la tumba de un héroe de la Religión y de la Patria, una oración fervorosa, un consuelo a su familia y una lección que aprender. Ante el cadáver de Jorge mostró su satisfacción, por haberle conocido a pesar de que las circunstancias tienen alejados del pueblo a sus queridos jóvenes durante el corto plazo de su permanencia en esta parroquia, y lo propuso como representante de nuestros jóvenes animosos y generosos y, después de dedicar un recuerdo a las gloriosas gestas de nuestros antepasados, caballeros del ideal, tradicionalistas, de las que nuestros jóvenes son continuadores, explanó la idea del gran Veuillot: “no mueren las causas por las que se muere” aplicándola a la inmortalidad de nuestra Patria y terminó con una cálida exhortación a seguir bien unidos y sin vacilaciones hasta la conquista total de nuestra España, imitando el ejemplo de nuestros héroes y mártires.
¡Que la sangre generosa de nuestros mártires haga eficaces nuestras oraciones y nuestros esfuerzos para implantar pronto en España entera el reinado de la justicia, del amor y de la paz, que es el Reinado de Jesucristo!...

                     La Toba
El Corresponsal.

El Pensamiento navarro. Nº 12.095